Apple ha vuelto a sorprender al mundo con un producto que se le daba por muerto antes de nacer y que, sin embargo, ha arrasado en ventas en EEUU, demostrando una vez más la capacidad de liderazgo que posee la marca de la manzana.
Nadie puede negar que Steve Jobs tiene algo especial. Se le puede llamar visionario o simplemente un tipo listo, pero cada idea que lleva al mercado se convierte en oro y establece un camino a seguir para el resto del mundo. Este Rey Midas de la informática advirtió que su nuevo diseño para leer libros electrónicos cambiaría las reglas del mercado de consumo digital. Anunció la revolución llamada iPad, una tableta multitáctil que estaba llamada a ser un éxito de ventas y convertirse en un nuevo modelo de negocio. Muchos analistas de prestigio, como Jeff Jarvis o Cori Doctorow, arremetieron duramente contra el invento, dedicándole calificativos del tipo "artefacto involucionista", "jardín vallado" o "pesadilla contrarrevolucionaria", en previsión de las intenciones que la empresa demostraba con este aparato.
Exito de ventas inesperado para todos menos para Steve Jobs
Incluso se le dio, por unanimidad, el premio al peor invento del año (antes siquiera de ponerse a la venta), otorgado por la Web Fiasco Award. Según los votantes, este aparato no podía triunfar porque contaba con significativas carencias como la incompatibilidad con contenidos Flash y con otras aplicaciones, o la falta de puerto USB y otras interfaces. Sin embargo, iPad salió a la venta y arrasó en EEUU, con más de un millón de unidades vendidas sólo en el primer mes. Hay que recordar que iPhone, el mayor éxito de Apple, tardó casi tres veces más tiempo en llegar a la misma cota de ventas, concretamente 74 días. En cuanto a las aplicaciones descargadas desde la App Store para este dispositivo, llegan a los 12 millones, por 1,5 millones de libros electrónicos. Son cifras que, contra todo pronóstico, reflejan un éxito absoluto de Apple y su denostado iPad.
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